No voy a entrar sobre la conducta de los Dursley, ya he descrito suficientemente en anteriores artículos lo que me parece el comportamiento de esta gentuza y cómo nos afecta este tipo de gente en la “suciedad” muggle (perdón sociedad, sociedaaad…). Sólo os voy a dejar un párrafo que se lee en nada de tiempo en el cual justifico mi artículo del capítulo 2:
Harry se alegraba de que el colegio hubiera terminado, pero no había forma de escapar de la banda de Dudley, que visitaba la casa cada día. Piers, Dennis, Malcolm y Gordon eran todos grandes y estúpidos, pero como Dudley era el más grande y el más estúpido de todos, era el jefe. Los demás se sentían
Harry POtter y la Piedra FILOSOFAL CAPÍTULO 3
muy felices de practicar el deporte favorito de Dudley: cazar a Harry
Aunque parezca muy divertido, JK puso de manifiesto un problema latente en la gente y en los niños de hoy en día que pueden llegar a la destrucción mental del propio chic@.
¿Os habéis fijado en la exactitud de las cartas de Howards? Harry está en la alacena debajo de la escalera y ahí va dirigida la carta, Harry está en la segunda habitación en la casa de Privet Drive y ahí va dirigida la carta, Harry está en la habitación 17 del hotel y la dueña del hotel recibe tropecientas cartas con esta dirección. Es escalofriante.
Los muggles también tienen esta precisión, aunque no son conscientes, como casi nada que les rodea. Cómo decía una buena amiga mía, “no saben ver delante de sus narices”. Ellos, utilizan sus varitas (unas cosas cuadradas que llevan encima siempre), los llaman smartphones y dicen que hacen magia. ¡¡Ilusos!! No es magia es una ciencia nomag que se llama informática (información automática).
Tu, muggle que me estas leyendo ¿no te lo crees? Puedes leer este artículo o este de otra empresa del sector.
Si aún no te lo crees pues ya sabes, con un poco de azúcar la píldora entra mejor.