Los jóvenes no podéis saber cómo piensan ni como se sienten los ancianos, pero los ancianos somos culpables si olvidamos qué significa ser joven.

Ésta es una frase del gran Albus Dumbledore, preciosa y precisa, con la que estoy completamente de acuerdo. Como potterhead que me siento, he tenido que responder infinidad de veces a la pregunta: «¿no eres un poco mayorcita para este rollo de Potter?» Pues si, soy mayorcita, pero creo que no tiene edad la ilusión el entusiasmo, la creencia de que podemos cambiar el mundo cada día, cada segundo, con nuestros pequeños actos, y eso es magia, y quiero creer, y quiero seguir soñando, y quiero vivir libre, sentirme libre, libre de vivir como yo quiera, y no seguir el ritmo de los demás, quiero ser yo, con 20, 40 o 100 años!! Cuando oigo este tipo de comentarios creo firmemente en que hay magos y muggles o nomags; somos magos los que seguimos con esa chispa en los ojos, cuando vemos algo relacionado con nuestro mundo; cuando reímos o lloramos al ver nuestra saga de películas, los que nos dormimos con nuestro libro abierto, dejando las palabras fluir al mundo de los sueños, cuando volamos en nuestras escobas sobre la horda de nomags esclavos de las ataduras de la edad o de la sociedad… Quiero seguir siendo yo, en el mundo de Peter Pan, esperando mi carta de Hogwarts al lado de mis hijas; como Alan Rickman, que deseaba leer a sus nietos los libros de Potter y seguir soñando, seguir sintiendo duendecillos de Cornualles en las tripas en los maratones de pelis, en los tributos a Snape, en las expos, cuando veo ondear una túnica, cuando cierro los ojos y monto en un thestral que me hace volar… Así que, malditos muggles, soy una #lunáticamágicasoñadorabrujadevoradoradesueños de mas de cuarenta que quiere seguir así …ALWAYS!