El día 25 de octubre cumplía años (Emma) y me prepararon una sorpresa la “mar” de agradable. No desvelaron nada hasta el día 24 que es cuando empezaban las sorpresas.

Lo celebré fuera de casa junto a mi madre y amigos, uno de ellos es Wulfric, que también estaba en el ajo, fue en Palma de Mallorca. Reconozco que algo me olía jeje pero tampoco podía asegurarlo.

Partíamos a la aventura desde el aeropuerto y por desgracia tuvimos que volar en avión y no en escoba… cosas de muggles. Pero a pesar de todo estaba muy emocionada y con muchas ganas de conocer la isla.

Empezamos el día en el estudio de tatuajes Cubic Tattoo y adivinad quién se hizo un piercing… yo no.. (Cissy) jeje. Después fuimos a pasear por el centro de Palma y conocer un poco la isla.

La verdad que nunca había estado en ninguna de las islas de mi país, y la verdad que Palma me maravilló muchísimo. Tiene un encanto y mira que a mi el mar no es algo me atraiga pero debo reconocer que se estaba de maravilla.

Fue un día de cumpleaños mágico, diferente a otros, fue un regalazo el poder viajar y conocer lugares diferentes el día que cumples tus 26 años.

Si Wizbooters tengo 26 años ya…pero por dentro sigue estando esa niña que se ilusiona con cualquier cosa sea lo que sea. Estuvimos paseando todo el día por el centro y al caer la noche fuimos a cenar a un restaurante pegado o más bien encima del mar y el sitio era precioso.

Tenía ese encanto y cenar junto al mar es una experiencia recomendable. La comida sabe diferente, lo disfrutas de otra manera. Estaba todo buenísimo. Y al acabar de cenar fui un momento al aseo y al volver pasó algo que no me esperaba… eso sí debo reconocer que antes de que me sorprendieran pensé algo parecido antes de volver a la mesa.

Al sentarme, de repente me empiezan a cantar “Cumpleaños Feliz” y por detrás vino la camarera con un bollito de chocolate y unas velas. Me quedé sin palabras y se que eso no es algo grandioso pero la verdad que me hizo una ilusión enorme.

Esa noche me fui a dormir con una sonrisa de oreja a oreja

El día siguiente nos esperaba una aventura a Cissy y a mí. Nos dirigíamos a las Cuevas del Drach. Por el camino desayunamos algo muy típico mallorquín, unos buñuelos que estaban deliciosos.

Al cabo de una hora o menos, llegamos al sitio. Tenía ganas de conocer esta maravillosa cueva. Solo hubo una cosa mala, que había demasiada gente pero por lo demás estuvo genial.

Durante el recorrido te vas adentrando en la oscuridad de la cueva y contemplando una obra de arte natural.

¡Parece cosa de magia! Como diría Gilderoy Lockhart.


Al final del recorrido hacen una actuación de música clásica en barca. ¡Una pasada!

Paseo en barca por las cuevas del Drach

Continuamos la aventura hacia un castillo.


Tras una mañana llena de actividad, tocaba ir a comer pero no a un restaurante típico de ciudad, sino a uno más isleño. Aprovechando que hacía un día radiante fuimos a comer cerca del mar.


El lugar era precioso y como nos llevamos un poco de las cenizas de nuestro querido perrito Fox le dejamos en un sitio especial.

El último día, ya para culminar este maravilloso cumpleaños había otra sorpresa que esa si que no me la esperaba para nada.

Fuimos al estudio de tatuajes y resulta que Cissy y yo nos íbamos a hacer un tatuaje conjunto. ¿Adivináis que puede ser? Id a nuestro Instagram para averiguarlo.

Después nos fuimos a ver la puesta de sol desde un sitio bastante mágico y especial. Fue un gran fin de fiesta.

Muchas gracias a Cissy Prince, a Wulfric Black y a Teo por hacer de este cumpleaños inolvidable.

TRAVESURA REALIZADA